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Escuelas Populares

Actualizado: 19 ago 2020


Escuelas y pedagogías emergentes del hiphop en Bogotá: El saber es popular

Bogotá D.C. se expande constantemente hacia todas las latitudes, y esto lo podemos ver en su constante transformación urbana, en las que las casas tradicionales son demolidas para dar paso a complejos empresariales o enormes edificios residencias. Al igual que con el surgimiento de los barrios ilegales o de invasión, que la rodean especialmente en las afueras del sur, en localidades como Ciudad Bolívar o al norte, en Usaquén, por nombrar algunas. Este crecimiento constante y alimentado por la falta de oportunidades, la migración o el desplazamiento forzado hace que en localidades como Usme, ubicada al sur oriente de la ciudad, vivan problemáticas que también se viven en al otro extremo, en localidades como Suba.


Estas realidades, que afectan el libre desarrollo de muchos de sus habitantes se pueden resumir en: la violencia entre pandillas, la ausencia de servicios públicos en algunos sectores y la falta de control y apoyo de instituciones gubernamentales. Son estas situaciones las que se evidencian en el hiphop que se crea en estos lugares, al igual que los procesos que se articulan desde temáticas hiphoperas.

Talleres de formación; rimas, bazuco y prostitución


Guetto-Rimas es un colectivo que dicta talleres de rap, historia, pintura y medio ambiente. Foto: Daniel González.

Pablo Clavijo es estudiante de historia con formación en periodismo y trabajo social que desde hace años se ha interesado en participar en distintos colectivos educativos y formadores en la localidad de Kennedy y en otras partes de la ciudad. Con estos colectivos independientes ha participado en varias convocatorias distritales las cuales le han permitido desarrollar talleres comunitarios. Así fue el caso de Parques Para Todos (2017-2018), en el que fue tallerista con su colectivo GhettoRimas. Pero, antes de presentarse como un estudiante, manifiesta ser “un trabajador independiente desde las artes, la historia, las ciencias sociales y que tanto individual como colectivamente le ha apostado a la transformación social”.

Una de esas apuestas sucedió en el barrio Patio Bonito, en uno de los parques afectados por problemas como el mal manejo de basuras, la inseguridad y el microtráfico, como lo señala Clavijo, quien llegó a Parques Para Todos gracias a que fue uno de los elegidos para los estímulos económicos que brinda el Distrito en convocatorias para desarrollar procesos sociales y culturales en cada localidad.


Este fue un proyecto de la Alcaldía que se realizó en cinco localidades de Bogotá (Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy, Los Mártires y Suba). En la llamada zona octava (Kennedy), GhettoRimas se ganó un espacio para dictar talleres de rap, de historia, de pintura y de concientización ecológica.


Los talleres se realizaron en el Parque Dindalito Bella Vista y en el Parque Llano Grande, los cuales se encuentran en zonas de Kennedy que históricamente han sido golpeadas por la delincuencia, la drogadicción, la prostitución, la falta de servicios públicos y de atención de las instituciones sociales y públicas. “Lo que llega uno a ofrecer a estos contextos es, en cierta medida, una visión de posibles herramientas para la transformación social. En esa oportunidad la herramienta fue el arte, con el cual desarrollamos un ejercicio de creación literaria, acompañado de uno musical”, dice Clavijo.

El ejercicio consistió en componer una rima, en escribir una o dos estrofas y sobre todo en generar una relación a partir de lo que Clavijo denomina como “taller de co creación”, en el que el “artista formador” y el la comunidad interactúan de una manera horizontal. Para el integrante de Guetto-Rimas, en estos espacios también se evidencian algunas deficiencias en cuanto a las competencias en escritura y en ortografía, razón por la cual utilizó estos talleres para reforzarlas. Si bien estas iniciativas ayudan a generar una mayor apropiación social del espacio, lastimosamente, para febrero del 2020, Kennedy se ubicó entre las cinco localidades con más alto riesgo de homicidio en la ciudad, como lo señaló un informe de Semana, disponible AQUÍ.

A esa localidad llegó el colectivo de Clavijo para trabajar con niños y niñas de diversas edades que querían aprender desde cómo hacer rimas hasta conocer sobre ecología o cine. Pero, así como sucede con las llamadas fronteras invisibles, mientras que unos trabajaban sobre temas relacionados con el medio ambiente, a escasos metros la realidad cambiaba drásticamente, con peleas con cuchillos y otras armas corto punzantes; menores de edad prostituyéndose y otros consumiendo marihuana, perico y bazuco, entre otras sustancias psicoactivas ilegales. Una situación que demuestra cómo se viven múltiples realidades en los Parques para todos, en donde algunos desean simplemente jugar y otros conseguir la plata para su próxima dosis.

Guetto-Rimas: talleres de formación

En una publicación de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, llamada Soñando se resiste (2010) se hace un recuento histórico útil para comprender cuál ha sido la trascendencia social y cultural que ha tenido el hiphop en Bogotá D.C. y en el país, desde cuando se realizó el primer bosquejo del Festival de Hip Hop al parque en 1995. Allí se menciona que “ciertamente, los modos de transmisión y formación de las prácticas hiphop se iniciaron en la calle con el “parche”, pero su propio desarrollo ha demandado dinámicas educativas más formalizadas”. Tal y como lo hace hoy en día Guetto-Rimas, ofreciendo un primer encuentro con las prácticas hiphop para que los niños, niñas y jóvenes se acerquen a este de forma más práctica y a la vez consciente.


Cuando Guetto-Rimas participó en la iniciativa de la Alcaldía de Bogotá en el 2017, los niños, jóvenes y adultos del barrio Patio Bonito, en Kennedy pudieron experimentar, por espacio de tres meses, cómo se transformaba su cotidianidad y se abrían espacios para conocer un poco más a sus vecinos. Así, cada fin de semana se realizaron actividades con el propósito de fortalecer el tejido comunitario y los talentos artísticos de los participantes.


Una vez se terminaron los talleres, se hicieron dos jornadas con el objetivo de circular los trabajos realizados, además de dos conciertos con canciones y artistas que salieron de los talleres, y otros artistas invitados por la alcaldía local.


En estos talleres se vivieron realidades totalmente contrarias pero en esta zona de la ciudad parecen no poder separarse más de diez metros, tanto que a veces algunos jóvenes, aún bajo los efectos de la droga y sin estar en sus cinco sentidos, llegaron al lugar e intentaron participar.


Actualmente, Clavijo trabaja en otros proyectos de transformación social y de trabajo con la comunidad, esta vez enfocados en crear una memoria histórica en la localidad con mayor extensión y menos densidad poblacional de Bogotá: Sumapaz. Así como lo hizo con el proyecto que presentó para llegar a Patio Bonito, este joven trabajador independiente -como se denomina él mismo- realiza un acercamiento a partir de una lectura del contexto en el cual va a trabajar.


Fue así como se dio cuenta de que en este lugar es importante que se realicen proyectos que recopilen la memoria de los mayores, con el fin de generar un diálogo intergeneracional que “permita que la memoria llegue a los jóvenes, para que la utilicen como una herramienta para pensar en su futuro y en la transformación social”.


Hip Hop al Patio: una iniciativa que salió de un aula de clase en Usme


Uno de los jóvenes participantes de la iniciativa Hip Hop al Patio lee un fragmento de Matar para vivir, canción de la agrupación bogotana Gotas de Rap. Foto: Daniel González.

José Luis Pérez es rapero desde los 10 años, “desde que prácticamente se consideraba un delito querer cantar rap”, dice. Es Licenciado en humanidades y lengua castellana de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y cuenta con una maestría en investigación social interdisciplinaria de la Universidad Incca de Colombia.


En el mundo del hiphop al “profe”, como le dicen sus estudiantes, se le conoce como Cerbero Nativo. Gracias a sus estudios universitarios empezó a idear la unión de la literatura con la pedagogía y el hiphop, pero desde cuando estaba en grado décimo este “buen lector”, como se considera a sí mismo, vio en la literatura una importante fuente de creación, cuando uno de sus amigos le dijo que le “metieran rap” a unas de las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, el famoso poeta español. Sin embargo, fue durante el desarrollo de su maestría que se le midió a explorar qué tipo de vínculos podían tejerse entre el hiphop y la academia. “Tuve un maestro, Carlos Reina, quien me empezó a meter el gusanito y a decirme que investigara y escribiera sobre rap, que eso no se había hecho”, dice Cerbero Nativo.


Esos vínculos fueron más allá de un trabajo de grado y hoy en día se materializaron en el proyecto Hip Hop al Patio. Esta idea nació en el 2015 cuando empezó a trabajar como docente en un colegio del Distrito de la localidad de Usme, el I.E.D. Federico García Lorca. Un contexto difícil, con más de la mitad de profesores nuevos, y grupos conflictivos, lo confrontaron con la fuerte realidad que viven los niños y adolescentes en la mayoría de las zonas periféricas de la ciudad.


Llegó a ser profesor inglés, pero rápidamente se dio cuenta del gusto que los jóvenes tenían por el hiphop. Fue gracias a eso que vio la oportunidad para unir lo que a él siempre le ha apasionado: la educación, la literatura y el hiphop.


Sin embargo, no fue un proceso fácil, pues solo hasta el 2016, después de haber vivido unos meses estresantes por la falta de autoridad que él y los demás profesores recién llegados tenían entre los jóvenes, fue que Hip Hop al Patio empezó a tomar forma.


Al principio ideó unas clases de rap, pero rápidamente se dio cuenta que su estructura y formato seguían siendo muy académicos, razón por la cual no tenía el impacto que él esperaba, pues sus estudiantes la veían como “una clase más”.


Para ganarse la confianza de sus estudiantes se consiguió un parlante prestado y un micrófono, los cuales sacaba al patio en las horas de descanso, esperando que algunos de los estudiantes se acercaran y demostraran sus habilidades con el micrófono y en la pista. Empezó a ser jurado de batallas de freestyle, en las que proponía abordar temáticas educativas y como punto esencial el respeto al contendor. Esto fue un éxito y el profe cada vez tenía más participantes y también jóvenes espectadores, intrigados y fascinados con este sonido y con esta cultura.


El cambio vino cuando pudo tomar un espacio en el colegio después de acabada la jornada, en unas horas que el Distrito llamó 40X40, que eran espacios de recreación para que los niños de colegios distritales de toda la ciudad pudieran aprovechar después de clases. Aquí el profe Cerbero pudo invitar a los jóvenes que estuvieran interesados a que tomaran dos horas más de “clase”.


Los participantes salían de su jornada normal luego del mediodía, tenían una hora para almorzar y para descansar. Luego empezaba Hip Hop al Patio, espacio en donde aprendieron a rapear, a bailar y se relacionaron con la cultura hiphop y con compañeros de distintas edades.

De ese primer acercamiento, con improvisadas en los recreos, la baja asistencia por las tareas y los problemas iniciales, el profe cuenta actualmente con clases a las que asisten entre 10 y 15 estudiantes fijos. En estas ensayan canciones y coreografías que luego presentan en su colegio, en otras instituciones e incluso han sido invitados a universidades (como la Universidad Incca de Colombia), espacios que les permiten llevar su mensaje de educación y formación basadas en la cultura hiphop, pensamiento base de Hip Hop al Patio.

Además de enseñarles a componer o a improvisar, Cerbero Nativo ha desarrollado estrategias para fomentar la lectura en sus estudiantes. Por ejemplo, para una celebración del Día del Idioma, se le ocurrió que sus alumnos improvisaran sobre dos situaciones hipotéticas: ¿Cómo vivirían 100 años de soledad? O ¿qué pasaría si usted se despierta un día convertido en un gigantesco insecto?


Así, el profe los introducía a la obra de autores como Gabriel García Márquez y Franz Kafka y empezaba “como por los ‘laditos’ a meterles la lectura”. Pero, más allá de esto, Cerbero Nativo se ha preocupado por mostrarles a los jóvenes un mundo más allá de su contexto inmediato. Específicamente, en lo que se refiere a la formación académica. Es por esto que ha buscado ayudarle a dos de sus estudiantes, que ya se graduaron del colegio, a entrar a la universidad o a conseguir un trabajo. “Creo que si logro que ambos entren a la Universidad, ya nos pone en otro lugar y nos permite decirles a los que vienen atrás “mire, ellos dos lo hicieron, ustedes también lo pueden hacer, no hay ningún misterio”, afirma Cerbero Nativo, cuyo disco Ruido puede escucharse AQUÍ

A continuación, conozcan una de las jornadas de Hip Hop al Patio durante los ensayos que realizaron para una presentación en su colegio, en la cual interpretaron uno de los temas clásicos del rap colombiano: Matar para vivir, de Gotas de Rap, y que vio la luz en 1994.


Hip Hop al Patio - Matar para vivir (Gotas de Rap)


Círculo de mujeres Hip Hop de Suba: Mujeres Libertas


Así como el hiphop y los procesos pedagógicos pueden incidir en la transformación de la vida de niños y jóvenes, hay iniciativas que han surgido alrededor de esta cultura y que buscan ayudar a disminuir las violencias de género. Este es el caso del Círculo de Mujeres Hip Hop de Suba, un colectivo de jóvenes mujeres entre los 26 y 30 años y al que pertenece Diana Beltrán Ramírez, también conocida como Dandi MC.


Ella es socióloga y rapera y fue una de las formadoras de este grupo, el cual nació inicialmente como un círculo de palabra. “Me gusta decir que ante todo soy una persona y que también hago un montón de cosas, además de transitar por Llamarada violeta”, dice refiriéndose al espacio cultural en el que ella y un grupo de mujeres amigas trabajan elaborando agendas de forma artesanal y realizando otras actividades para buscar su sostenibilidad.


Este colectivo nació como una “iniciativa de amigas del barrio” y se dedica no solo a crear rimas y hacer rap, sino también a visibilizar otras formas de organización social y de economía que no estén ligadas a las tradicionales o a las “hegemónicas del Estado”, como dice Dandi MC.


De tener reuniones en la Biblioteca Comunitaria El Fuerte del Viejo Topo, este grupo de mujeres ha logrado llegar a barrios como Comuneros y Aures II, en donde han desarrollados actividades para que los vecinos y las comunidades aledañas tengan otras formas de relacionarse y de conocerse con los demás, pues se trata de siempre realizar ejercicios que estén enfocados a fortalecer el tejido social, a conocer, valorar y a aprender del otro.


Entre las actividades que desarrollan en los barrios de Suba se encuentran clases de yoga, conciertos gratuitos, cenas comunitarias, fabricación de productos como collares o libretas, clases de historia feminista, lecciones de Break Dance y otros bailes, talleres de escritura y otras acciones para que los habitantes de los barrios populares de la localidad pueden aprovechar sin costo y que les han permitido afianzar los lazos con sus vecinos, convirtiendo estos espacios en lugares que tejen comunidad.


En total hay unas 10 mujeres, tanto de Suba como de Engativá. Para ellas, que han participado en eventos relacionados con el hiphop y en espacios como La Morada, una casa ubicada en el barrio La Magdalena, en Teusaquillo, es muy importante “demostrar todos esos talentos femeninos en la cultura”, comenta Dandi MC. Pero, lo que es más importante para ellas es poder ayudar a las mujeres y darle continuidad a este colectivo de mujeres.

Tejiendo comunidad y cultura

Para sostenerse y poder continuar con los talleres que dictan gratuitamente a los habitantes de Suba, las personas del colectivo elaboran libretas de forma manual con materiales conseguidos meramente con el trueque o negocios con otros colectivos, lazos que se desarrollan en la auto-gestión.

El trabajo manual libera- Círculo de mujeres Hip Hop de Suba

Las únicas herramientas que necesitan son una prensa para enfilar las hojas y lograr que sea más sencillo abrirles los huecos para coser, una aguja capotera, hilo grueso y manos trabajadoras. Si quieres conocer ver a más detalle el proceso de realización de las libretas, sigue este enlace a la GALERÍA.


Dandi MC como miembro del Círculo de mujeres ha participado en diversos conversatorios con el hiphop, que visibilizan las discusiones de género y las pedagogías comunales. Este video, por ejemplo, muestra a Dandi MC en el Primer encuentro Hip Hop: Arte y Transformación de la Universidad del Rosario, el cual se realizó en agosto de 2019.

Dandi MC- En el Encuentro Arte y Transformación


La unión de diversos saberes, de formas de conocer y concebir el mundo muestran cómo el hiphop ha pasado de ser una cultura del gueto o exclusiva de la música para llegar a permear diferentes espacios y esferas, como la académica. De espacios barriales en salones comunales y en parques el hiphop ha llegado a aulas de colegios y universidades y ha sido el centro de diversos laboratorios de creación.


Estas historias contadas hasta ahora no buscan afirmar que son mejores prácticas que otras, sino permitir ampliar la mirada y perspectiva frente al hiphop y la forma como ha pasado De la marginalidad a la escuela.


Al igual que estos proyectos e iniciativas, este proyecto de periodismo comunitario se encuentra en construcción permanente, tanto con quienes han participado como con quienes quieran vincularse y contar sus historias de vida alrededor del hiphop. Un espacio pensado para tejer redes de apoyo en las que lo primordial sea el ser humano, lo que sabe, lo que aprendió, y lo que quiere enseñar.


Sigamos contando historias y creando lazos, si nos quieres contactar llena el formulario en este ENLACE.

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