El sagrado Hip Hop al Parque
El Festival Hip Hop al parque es desde 1996 el punto de encuentro de los sectores de la cultura hiphop a nivel nacional. En sus inicios se le conoció como Rap a la torta, en 1998 cambió su nombre a Rap al parque, también se llamó Hip Hop Hurra y Festival Hip Hop. Llegó a su nombre definitivo Hip Hop al Parque en el año 2002, se convirtió en uno de los festivales al aire libre más importantes en Bogotá.
Lo demuestran las cifras de asistentes que superan las cien mil personas, esto para las ediciones de los años 2014 y 2015. Al igual que la inversión anual en este pues desde el 2015 el Festival Hip Hop al Parque recibe más de mil millones de pesos para su organización y desarrollo.
El siguiente cuadro presenta una serie de datos relevantes acerca de este Festival y de su evolución. *Los festivales que tienen 0 asistencia, no tienen un dato oficial de cuantas personas asistieron en ese año al festival.
A lo largo de sus 24 años de existencia, en el Festival Hip Hop al Parque se han presentado artistas de más de 12 países. Con invitados como EPMD, Das EFX, Mobb Deep, Afu-Ra, Born Jamericans, Vico C y Onyx, de Estados Unidos, Mexicano 777, de Puerto Rico, Canserbero, de Venezuela, Los Aldeanos, de Cuba y Nach, Violadores del verso y SFDK, de España, por nombrar algunos de los más reconocidos.
No obstante, el festival no ha estado exento de los recortes presupuestales que suelen aquejar a las entidades del sector público. Si bien hubo incrementos en el presupuesto, (para los 20 años de Hip Hop al Parque el Distrito invirtió alrededor de 1.500 millones de pesos), y contó con alrededor de mil policías para garantizar la seguridad de los asistentes. Sin embargo, el festival no había podido desligarse del todo de la violencia y de la inseguridad que permeaban históricamente al evento más grande de hiphop en el país y, como lo afirma la revista Shock “uno de los festivales gratuitos más grandes de Latinoamérica”.
Fue hasta el 2018 cuando “por primera vez en los últimos cinco años no se registraron ni riñas importantes, ni un solo caso de herido con arma blanca, ni se atendieron pacientes graves por consumo de alucinógenos o licor, como consecuencia de una estrategia articulada entre Idartes, la Policía Metropolitana de Bogotá, la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia”. Informe completo que se puede consultar AQUÍ.
Para que la Alcaldía pudiera lograr esas cifras y obtener el reconocimiento de la comunidad hiphopera y la que está fuera de ella, fue necesaria la articulación de un proceso cultural de más de dos décadas, por medio de la realización de mesas de diálogo, acuerdos bilaterales y políticas públicas. Se pasó de tener un primer evento de 5.000 asistentes y 12 artistas nacionales, a 130.000 personas que lograron llenar la plazoleta de eventos del Parque Metropolitano Simón Bolívar y contar con un cartel de 8 artistas internacionales, 2 nacionales y 12 distritales.
Este proceso de aprendizaje, de diálogo y la evolución que ha tenido el festival lo cuenta de una manera más detallada el sociólogo y rapero de la Universidad del Rosario Juan Carlos Valencia, en su trabajo de grado Aportes del Festival Hip Hop al Parque al Rap en Bogotá.
En el libro de Valencia se menciona también la institucionalización cultural que MAUL comentaba en La sabiduría no tiene color. Mientras que Valencia lo concibe más hacia la organización y creación de entidades independientes dentro del mismo hiphop, MAUL habla de esta cuando se refiere a las entidades y organizaciones que empezaron a recibir y manejar dineros que otorgan el Estado o las instituciones públicas para el desarrollo y ejecución de los procesos artísticos y pedagógicos dentro de la cultura.
Festivales locales
Algunos procesos culturales en las comunidades se traducen en festivales de hiphop locales que se realizan en parte gracias a que reciben estímulos brindados por la Alcaldía anualmente, como parte del Programa Distrital de Estimulos. Los bogotanos cuentan con festivales gran parte del año y tienen carteles con artistas de mucho peso en la escena nacional. Algunos de los más reconocidos se reseñan a continuación.
Esta es otra de las formas en que los mismos hiphoperos buscan hacer crecer su cultura, por medio de los dineros públicos que entregan el Estado y las instituciones locales. Estos se traducen en convocatorias, eventos, concursos y talleres que de una u otra forma procuran un mismo fin: resignificar espacios, crear memoria y tejer comunidad.